lunes, 9 de agosto de 2010

Aprender idiomas

Cuantas veces uno tuvo la intención de aprender un idioma nuevo, para que tal vez así, las cosas no sonaran tan feas o tan aburridas como siempre????? Algo así como ponerle un toque internacional a las conversaciones rutinarias de todos los días.

Odio el ingles, pero debo admitir que según se dice es el idioma predominante en el mundo, no importa en donde o en qué situación estés, de seguro si lanzas alguna palabra en ingles al aire alguien correrá en tu ayuda.

Por eso entre otras cosas en algún momento de mi vida decidí que aprender ingles era más que necesario y comencé a recorrer el camino.

De entre todas las opciones comencé con la que creí mas adecuada, y me dirigí al puesto de diarios más cercano para hacer la compra del primer fascículo de la enciclopedia del momento que prometía en menos de lo que canta un gallo, y tan simple como cambiar de canal el total dominio del idioma.
Claro está que fue una mentira consensuada, yo sabía, ella lo sabia hasta el señor del puesto de diarios lo sabía, pero en ese momento no tenía otra cosa que hacer, así que decidimos continuar con ella.

En el primer fascículo, que obviamente incluía las tapas de regalo, aprendí a decir: hola, lunes y pijama. Me asombro la variedad de términos, aunque dudaba bastante de su uso práctico, al tiempo me faltaban un par de días de la semana, sabía tomarme un taxi pero no decirle hacia donde me dirigía y no sabía pedir otra cosa que torta y café. Ni hablar de la pronunciación, era un estilo libre, una especie de elije tu propia aventura.

Al ver que no estaba dando los resultados deseados desistí de la literatura y me anote en una academia.

Que mejor que rodearse de gente con los mismos intereses de uno??? Ja!!

Cuando entre al aula y el profesor me hizo una pregunta de la cual recuerdo esperar algunos segundos la traducción que nunca llego, me di cuenta que tal vez no había sido una buena elección.

Como se supone que voy a aprender un idioma rodeado de gente que me habla como si nos conociéramos de toda la vida, con sonidos que no puedo distinguir si son ladridos, quejas o un saludo????? Por señas??? O tal vez cada uno debía llevar su traductor y yo no me entere!!!

Lo único que recuerdo haberme llevado de esa única, pero interminable clase fue: el valor del silencio por sobre todas las cosas, y un análisis exhaustivo de lo que me entere más tarde, llamado punto overlock que tienen las mayoría de las remeras, ese cruce casi mágico de hilos que mantuvo mi total atención durante no menos de 30 minutos.
Luego de meditar un rato y de un mínimo y muy superficial análisis, me di cuenta que tal vez no era tan necesario aprender ingles.

Mejor dedicarse a aprender la lengua de uno antes de lanzarse al mundo, bilingüe no???. Después de todo hay cosas que son universales, y si así no fuera siempre se puede recurrir a algún amigo que nos haga de traductor.

2 comentarios:

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  2. emix! excelente su manejo irónico sobre los actos cotidianos . su capacidad de análisis parece no tener límites .

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