Hace muchos muchos años cuando se pensaba en blanco y negro y los carretes de películas hacían un ruido espantoso, en esa década de aquella foto que tiene guardada toda descascarada y de la cual no recuerda ni su procedencia ni quienes están en ella. En la ciudad de Shaeri ho, lugar de casas pequeñas y reconocida por su crecimiento industrial, en la estación de tren todo el pueblo se congrego para recibir a mi tía Nora.
Mi tía Nora, vuelvo a nombrarla a ver si usted recuerda a alguna tía olvidada, era una mujer estricta, delgada, arreglada con sombreros incomodos y fragancia añeja. Hija única de Julio y Augusta, con una educación estricta de colegios privados y uniformes largos y sombríos. Obligada a casarse de joven con Domingo, un banquero muchos años mayor que ella de cuerpo débil y mente poderosa, amigo íntimo de Julio y primo de Augusta.
Ya sé, no me diga nada, se quedó pensando en su tía olvidada, llámela más tarde y no deje de prestar atención. Salvo que su consciencia este lo suficientemente sucia como para dejar de leer este relato y dirigirse al teléfono en el caso que fuese necesario, ya que en estos días la mayoría de la gente posee un teléfono celular el cual está a mano para todo tipo de llamado o mensaje que uno requiera enviar o realizar. Piense en si el estado de cuenta de su línea está a favor, en caso contrario ya no solo se ausentaría momentáneamente del relato sino también de su casa debiendo salir a un banco o un kiosco cercano de su actual posición para saldar lo que debe. Tiene dinero? Esa es otra pregunta que debe hacerse porque en caso de no tenerlo en efectivo debería salir también primero para ir a buscarlo, ya sea a un cajero automático o algún comercio en donde haya realizado algún trabajo y le deban su remuneración. También está la opción de pedirle a un amigo o vecino en donde usted quedaría en falta y muy probablemente deba de dar alguna explicación, la cual debería ser: estoy leyendo un relato en donde nombraron a una tía que me hizo recordar a una tía mía a quien no llamo desde hace algún tiempo y me di cuenta al tomar el celular para efectuar dicho llamado que no poseo crédito para realizarlo. Asumo que le es más interesante continuar con el relato que efectuar la llamada, así que continúo con el mismo.
Si usted no se sintió identificado con la situación de la tía y opto por saltearse el párrafo y continuar azarosamente por este, quiero decirle que se perdió de una buena explicación, la cual es tarde para retomar, ya que no va a tener el mismo sentido que si hubiese continuado leyendo, no voy a decirle de cuantos datos se perdió de la historia, ya que usted mismo decidió evitar la continuidad del relato. Creyó por un momento que era buena idea saltearse un par de líneas y continuar leyendo más abajo, ahorrándose tiempo?. Si realmente esta apurado entonces no dedique su tiempo a leer, ya que todos nos dimos cuenta que su capacidad no se lo permite.
Al bajar Nora del tren se sintió rara, una extraña sensación parecida a la decepción le crecía en el pecho. Un pequeño, pero inevitable dolor surgió de repente, parecido al sentimiento que tiene usted si se sintió herido al final del párrafo anterior. Sino entiende lo que digo no intente leer el párrafo anterior, es en vano debería haberlo pensado antes de decidir continuar leyendo en el párrafo en donde encontró algún indicio de Nora.
El viaje tenía como finalidad reencontrarse con Armando, un novio de su corta infancia el cual se convirtió, mas no sea por unos meses, en confidente de sus secretos y en su verdadero amor, el cual no se encontraba allí, esperándola como ella había supuesto. Y así termina la historia, si leyó el principio y fue directo al final fue una simple concatenación de oraciones que dejara como moraleja que las cosas no son como uno a veces las piensa o imagina, en caso contrario si usted fue un lector fiel sabrá que la moraleja se aplica no solo a la vida sino también a este simple relato.
emix
Todos en el mundo deberían tener su Némesis. Esta es la mía...
jueves, 4 de agosto de 2011
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Comprar ropa
Después de juntar algunos pesos, haber usado hasta el cansancio los regalos de cumpleaños y navidades, gastar la ropa heredada, y por sobre todo cansado de escuchar comentarios de cuán lejos estoy de la moda me decido a comprar ropa.
En la clasificación, claramente no me ubico dentro de los compulsivos, tampoco de los que están a la moda y se compran todo lo que ven en la tv o revistas, más bien me coloco dentro del minoritario grupo que pretende vestirse, básicamente para no cagarse de frio en invierno y para que no se le caguen de risa en verano.
Mi primera elección es la barata, mas allá de las marcas, cosa de la que debo aceptar mi total ignorancia, comienzo mi recorrido. Al cuarto local me doy cuenta que mi primera elección va a ser casi imposible así que decido contentarme con poder comprarme algo que medianamente sea de mi gusto.
En la mayoría de locales que recorro la cantidad de gente desesperada revolviendo todo, cual huracán, hace que me tire para atrás, en otros el silencio absoluto me da a dudar.
Después de algunas cuadras me decido a entrar al próximo local, mas no sea para comenzar a formar parte de la masa y pasar un poco más inadvertido.
No antes de terminar de cruzar el umbral del negocio varias voces, a veces a coro y otras con un pequeño delay, me repiten la frase: “hola, estas buscando algo en particular??? Cualquier cosita me avisas dale???” Un grupo cual secta, se acerca a mí, cual muertos vivos en busca de cerebros, lo que buscan es enchufarme cualquier cosa. Mi silencio hace que se alejen poco a poco.
Comienzo a observar la ropa y elijo una prenda al azar. Ahora comienza la segunda etapa: el talle.
A uno le es casi imposible saber que talle es, no solo porque si un día comió algo de mas ya no es el talle que era unos minutos antes, sino que cada local tiene el suyo, por ende si en uno es L, probablemente en otro sea XS o algún numero tirado al azar.
Teniendo la prenda en la mano giro como pidiendo auxilio y rápidamente alguien acude a mi ayuda, a la pregunta este es mi talle? Llegan muchas respuestas: A ver, déjame verte, no vos seguro necesitas uno más chico, pero déjame ver qué modelo es??, ayyy sabes que de ese ya no me queda porque apenas salió se lo llevaron todo, te puedo ofrecer este que es parecido de la colección anterior pero está en liquidación así que si lo queres cambiar vas a tener que cambiarlo por otra cosa. Te puedo ofrecer también de este otro modelo que está saliendo mucho y seguro que te queda divino… te lo queres probar?
Antes de esbozar una vocal me encuentro frente a un cambiador con una pila de ropa en las manos. Haciendo piruetas con las perchas logro correr ese telón para comenzar a ver la tragedia que viene a continuación, El vestidor.
Lugar físicamente diminuto en donde uno se ve apuntado por una luz inquisidora… que junto con un espejo demasiado real, no dejan ningún defecto a la imaginación. Poco a poco comienzo a probarme la ropa y entre el calor, las posiciones sumamente incomodas, la maldita imagen que me devuelve el espejo y la frase: “ como te quedo?”, amenazando con correr la tela y exhibirme frente a todo el local, salgo raudamente en busca de oxigeno.
Antes de partir exhausto tanto física como mentalmente la persona que me había atendido se despide de mí mostrándome una cara que claramente busca hacerme sentir culpable por no comprar nada y haber revuelto medio local.
Comienzo el camino de regreso a casa y no dejo de cruzarme con gente llena de bolsas a lo cual me viene la siguiente reflexión: esto no es lo mío, definitivamente no me queda más que esperar el próximo regalo.
En la clasificación, claramente no me ubico dentro de los compulsivos, tampoco de los que están a la moda y se compran todo lo que ven en la tv o revistas, más bien me coloco dentro del minoritario grupo que pretende vestirse, básicamente para no cagarse de frio en invierno y para que no se le caguen de risa en verano.
Mi primera elección es la barata, mas allá de las marcas, cosa de la que debo aceptar mi total ignorancia, comienzo mi recorrido. Al cuarto local me doy cuenta que mi primera elección va a ser casi imposible así que decido contentarme con poder comprarme algo que medianamente sea de mi gusto.
En la mayoría de locales que recorro la cantidad de gente desesperada revolviendo todo, cual huracán, hace que me tire para atrás, en otros el silencio absoluto me da a dudar.
Después de algunas cuadras me decido a entrar al próximo local, mas no sea para comenzar a formar parte de la masa y pasar un poco más inadvertido.
No antes de terminar de cruzar el umbral del negocio varias voces, a veces a coro y otras con un pequeño delay, me repiten la frase: “hola, estas buscando algo en particular??? Cualquier cosita me avisas dale???” Un grupo cual secta, se acerca a mí, cual muertos vivos en busca de cerebros, lo que buscan es enchufarme cualquier cosa. Mi silencio hace que se alejen poco a poco.
Comienzo a observar la ropa y elijo una prenda al azar. Ahora comienza la segunda etapa: el talle.
A uno le es casi imposible saber que talle es, no solo porque si un día comió algo de mas ya no es el talle que era unos minutos antes, sino que cada local tiene el suyo, por ende si en uno es L, probablemente en otro sea XS o algún numero tirado al azar.
Teniendo la prenda en la mano giro como pidiendo auxilio y rápidamente alguien acude a mi ayuda, a la pregunta este es mi talle? Llegan muchas respuestas: A ver, déjame verte, no vos seguro necesitas uno más chico, pero déjame ver qué modelo es??, ayyy sabes que de ese ya no me queda porque apenas salió se lo llevaron todo, te puedo ofrecer este que es parecido de la colección anterior pero está en liquidación así que si lo queres cambiar vas a tener que cambiarlo por otra cosa. Te puedo ofrecer también de este otro modelo que está saliendo mucho y seguro que te queda divino… te lo queres probar?
Antes de esbozar una vocal me encuentro frente a un cambiador con una pila de ropa en las manos. Haciendo piruetas con las perchas logro correr ese telón para comenzar a ver la tragedia que viene a continuación, El vestidor.
Lugar físicamente diminuto en donde uno se ve apuntado por una luz inquisidora… que junto con un espejo demasiado real, no dejan ningún defecto a la imaginación. Poco a poco comienzo a probarme la ropa y entre el calor, las posiciones sumamente incomodas, la maldita imagen que me devuelve el espejo y la frase: “ como te quedo?”, amenazando con correr la tela y exhibirme frente a todo el local, salgo raudamente en busca de oxigeno.
Antes de partir exhausto tanto física como mentalmente la persona que me había atendido se despide de mí mostrándome una cara que claramente busca hacerme sentir culpable por no comprar nada y haber revuelto medio local.
Comienzo el camino de regreso a casa y no dejo de cruzarme con gente llena de bolsas a lo cual me viene la siguiente reflexión: esto no es lo mío, definitivamente no me queda más que esperar el próximo regalo.
miércoles, 25 de agosto de 2010
Reunion de (ex) egresados
Porque algunas personas insisten en reunir gente que la vida ha separado???? Porque ir en contra del desarrollo natural del hombre??? Que les hace pensar que si hubiera tenido ganas de volver a ver a ciertas personas no me hubiera preocupado en conseguir la forma de encontrarme con ellos???
Realmente tengo ganas de reencontrarme con gente que después de tantos años apenas conozco??? Es necesario pasar horas escuchando comentarios acerca de lo buena que podría haber sido mi vida si hubiera seguido sus consejos???
Podre soportar ver las instalaciones de mi colegio, con todas las comodidades y la tecnología que nunca pude utilizar????
Sentiré esas ganas de desahogarme con el rector y esos profesores que me hicieron la vida imposible??? Seguirán vivos esos profesores y el rector??
Estas son algunas de las preguntas que me surgen al leer en mi correo el subject: Reunión de ex egresados.
Todos los años lo mismo, después de pensar que excusa usamos el año anterior para no ir, junto con algún amigo que te quedo de esa época, decidís finalmente concurrir.
Y es ahí en donde todas las preguntas encuentran sus respuestas. Te encontras con tus compañeros que apenas distinguís, te acercas lentamente sin saber si van a reconocerte y lenta, pero indefectiblemente, te metes en una conversación que tiene como única finalidad ver quien la tiene más grande.
Cuando logras apartarte un poco comenzas a mirar la gente a tu alrededor y te vas dando cuenta que algunas cosas nunca cambian.
La más linda sigue siendo la más linda y aunque lo intentaras te rechazaría de la misma forma que lo hizo varios años atrás. El que se las llevaba a todas sigue haciendo lo mismo, pero ahora a escondidas de su mujer. El nerd sigue hablando de cosas que no entiende el resto de la población y termina como siempre mostrándole sus logros al profesor, quien lo mira con la misma cara con la que lo miraba en la clase. Con la misma cara!!! Los grupitos se juntan igual que todos los años a sacarle el cuero a otro grupo de enfrente….etc.
Después viene el discurso, los agradecimientos, la foto y lo más esperado de todo…. El final.
Mientras volves a tu casa pensas que tan mal no la pasaste, pero de todas formas con pasarlo una vez en la vida alcanza. Y es así como otro año más te encontras frente al mismo mail de todos los años.
Tal vez este año sea diferente, después de todo la esperanza es lo último que se pierde… no?
Realmente tengo ganas de reencontrarme con gente que después de tantos años apenas conozco??? Es necesario pasar horas escuchando comentarios acerca de lo buena que podría haber sido mi vida si hubiera seguido sus consejos???
Podre soportar ver las instalaciones de mi colegio, con todas las comodidades y la tecnología que nunca pude utilizar????
Sentiré esas ganas de desahogarme con el rector y esos profesores que me hicieron la vida imposible??? Seguirán vivos esos profesores y el rector??
Estas son algunas de las preguntas que me surgen al leer en mi correo el subject: Reunión de ex egresados.
Todos los años lo mismo, después de pensar que excusa usamos el año anterior para no ir, junto con algún amigo que te quedo de esa época, decidís finalmente concurrir.
Y es ahí en donde todas las preguntas encuentran sus respuestas. Te encontras con tus compañeros que apenas distinguís, te acercas lentamente sin saber si van a reconocerte y lenta, pero indefectiblemente, te metes en una conversación que tiene como única finalidad ver quien la tiene más grande.
Cuando logras apartarte un poco comenzas a mirar la gente a tu alrededor y te vas dando cuenta que algunas cosas nunca cambian.
La más linda sigue siendo la más linda y aunque lo intentaras te rechazaría de la misma forma que lo hizo varios años atrás. El que se las llevaba a todas sigue haciendo lo mismo, pero ahora a escondidas de su mujer. El nerd sigue hablando de cosas que no entiende el resto de la población y termina como siempre mostrándole sus logros al profesor, quien lo mira con la misma cara con la que lo miraba en la clase. Con la misma cara!!! Los grupitos se juntan igual que todos los años a sacarle el cuero a otro grupo de enfrente….etc.
Después viene el discurso, los agradecimientos, la foto y lo más esperado de todo…. El final.
Mientras volves a tu casa pensas que tan mal no la pasaste, pero de todas formas con pasarlo una vez en la vida alcanza. Y es así como otro año más te encontras frente al mismo mail de todos los años.
Tal vez este año sea diferente, después de todo la esperanza es lo último que se pierde… no?
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